ADICCIONES SIN SUSTANCIAS: JUEGO, SEXO, COMPRAS, COMIDA, INTERNET...
Montse García
Tradicionalmente la palabra
adicción se ha asimilado a la adicción a drogas como opiáceos, tabaco, cocaína,
alcohol y otras sustancias químicas. No obstante hoy día esta noción se amplía
dado que hay muchas más conductas que comparten los componentes fundamentales
de los trastornos adictivos: la pérdida de control y la dependencia. Por eso
las adicciones no se limitan exclusivamente a las conductas generadas por
sustancias químicas. Cualquier conducta normal placentera tiende a repetirse y
es, por ello, susceptible de generar un comportamiento adictivo.
Sin embargo no dramaticemos ya
que esto sólo ocurre cuando el sujeto muestra una pérdida habitual de
control al realizar una determinada conducta, y continúa con ella a pesar de
las consecuencias negativas que le reporta, cuando además manifiesta una
dependencia de la misma, no puede quitársela de la cabeza, se muestra inquieto
si no puede llevarla a cabo de inmediato y, por último, hay una pérdida de interés por otro tipo de
actividades que antes le resultaban gratificantes. Desde esta perspectiva, dice
Echeburúa, lo que diferencia al hábito de la adicción es que esta última tiene
efectos contraproducentes para el sujeto.
Las adicciones sin sustancias que
han sido más estudiadas hasta ahora son: el juego patológico, la adicción al
trabajo, la adicción al sexo, adicción a las compras, adicción a la comida y
adicción a internet. Como se ha dicho todas ellas tienen en común una pérdida
de control y el establecimiento de una relación de dependencia por parte de
quien las realiza hacia la conducta concreta.
Para aprender a distinguir un
hábito de una conducta adictiva podemos guiarnos por esta características que
indica Enrique Echeburúa en su libro “¿Adicciones…sin drogas? Las nuevas
adicciones”:
LÍMITES ENTRE LAS CONDUCTAS NORMALES Y
LAS
ADICTIVAS
· Pérdida de control.
· Fuerte dependencia psicológica.
· Pérdida de interés por otras actividades
gratificantes.
· Interferencia grave en la vida cotidiana.
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A su vez, nos indica también el
autor las características
generales de este tipo de conductas desadaptadas así
como la secuencia evolutiva habitual que suele seguirse
para adquirir una de
estas adicciones también llamadas
psicológicas.
CARACTERÍSTICAS DE LAS CONDUCTAS
ADICTIVAS
· Control inicial por reforzadores positivos.
· Control final por reforzadores negativos.
· Síndrome de abstinencia.
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SECUENCIA EVOLUTIVA HABITUAL
DE LAS ADICCIONES PSICOLÓGICAS
1) La conducta es placentera y
recompensante para la persona.
2) Hay un aumento de los
pensamientos referidos a dicha conducta en los momentos en que la persona
no está implicada en ella.
3) La conducta tiende a hacerse cada
vez más frecuente.
4) El sujeto tiende a quitar
importancia al interés o al deslumbramiento suscitados en él por la
conducta (mecanismo psicológico de la
negación).
5) Deseo intenso – sentido
periódicamente – de llevar a cabo la conducta y
se tienen expectativas muy altas acerca del alivio del malestar que va a sentir
después de emitir dicha conducta.
6)La conducta se mantiene a pesar
de las consecuencias negativas crecientes. Distorsión acentuada de la realidad.
7) A medida que los efectos adversos aumentan, el adicto comienza a tomar conciencia de la realidad y realizar intentos – habitualmente fallidos – de controlar la conducta por sí mismo.
8) Lo que mantiene ahora la
conducta no es ya el efecto placentero, sino el alivio del malestar.
9) El sujeto muestra una capacidad
de aguante cada vez menor ante las emociones negativas y las frustraciones cotidianas. Las estrategias de afrontamiento se empobrecen debido a la
falta de uso. De este modo, el comportamiento adictivo se convierte en la única
vía para hacer frente al estrés.
10) La conducta adictiva se
agrava.
Los comportamientos adictivos se van automatizando, activándose emocionalmente, y se va perdiendo cada vez más el control intelectual
sobre el acierto o error de la decisión. El adicto valora los beneficios de
la gratificación inmediata, pero no es consciente de las consecuencias
negativas a largo plazo.