domingo, 29 de julio de 2012

METÁFORAS EN PSICOLOGÍA: EL BILLETE

EL BILLETE DE 500 €

Anónimo


En la Universidad, un profesor venía observando que una de sus clases no tenía la motivación suficiente y estaba detectando que la autoestima estaba cada vez más baja, así que un día comenzó su conferencia sosteniendo en su mano un billete de 500 euros mientras se lo enseñaba a todo el alumnado.

En el aula había en ese momento más de cien estudiantes a los que les preguntó:
- "¿Quién de ustedes desearía que le regalara este billete de 500 €?"
 
De inmediato se levantaron muchas manos, tal como era de prever.

El profesor entonces dijo:
- "Le voy a dar estos 500 € a uno de ustedes, pero primero déjenme hacer esto."

De inmediato procedió a estrujar el billete, preguntando después:
- "¿Alguien lo quiere todavía?".

Las manos se levantaron nuevamente y en mayor número que antes.
- "Bien," replicó, "¿qué pasa si yo hago esto?"

Lo tiró al suelo y comenzó a pisarlo con su zapato. Lo levantó del piso, ahora completamente aplastado y sucio.
- "Ahora, quién de ustedes todavía lo quiere?
 
Otra vez las manos de casi todos los estudiantes se levantaron rápidamente.
- "Bien, pues siganme un momento", dijo mientras salía por la puerta de la clase sin detenerse hasta llegar al exterior del edificio. Esperó a que terminaran de salir sus alumnos y cuando todos de nuevo le habían rodeado, cogió el billete sucio que llevaba aun en su mano y lo tiró a un charco lleno de barro y hojas secas volviendo a pisarlo para que se quedara totalmente inmerso en el lodo.

- "¿Alguien de ustedes lo querría todavía?" preguntó a la concurrencia, volviendo a ver como todas las manos se levantaban de nuevo.

"Queridos alumnos, acaban de aprender la lección más importante del todo el curso".

Los alumnos se miraban entre si perplejos sin acabar de entender lo que su viejo profesor quería transmitirles, pero siguió hablando.

"No importa lo que le pasó al billete. Lo he arrugado, tirado al suelo, lo he pisoteado, lo he metido dentro del barro más sucio y aún a pesar de todo ello, ustedes todavía desean tenerlo. ¿Por qué? Sencillo, porque todavía no ha perdido su valor. Todavía vale 500 €."

"Muchas veces en nuestras vidas, somos pisoteados, estrujados, y tirados al barro. La vida y las circunstancias nos hacen pasar por momentos duros y nos sentimos como si fuéramos inservibles, como si no sirviésemos para nada absolutamente.

Sin embargo no importa lo que haya ocurrido o lo que ocurrirá, ustedes nunca perderán su valor, porque lo que ustedes valen no reside en la situación que les rodea ni en las condiciones en que ustedes viven en cada momento, el verdadero valor reside en su interior y eso nunca cambiará. Y nada, por duro o malo que ocurra, podrá modificar el valor interior de cada uno de ustedes, no lo olviden nunca."

"Sucio o limpio, pisoteado, arrugado, o impecablemente planchado, ustedes son lo que hay dentro de cada uno."

El valor de nuestras vidas no se establece por lo que hacemos ni por a quien conocemos sino por los que SOMOS.


Montse García

Fuente: Motivalia.blogspot.com

 
Compartir En Linkedin

MANUAL ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES

MANUAL ATENCIÓN ALUMNADO ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES

AUTORES:
Álvaro Barrera Dabrio
Rosa Durán Delgado
Juan González Japón
Carmen Lucía Reina Reina

EDITA:
Junta de Andalucía
Consejería de Educación
Dirección General de Participación y Equidad en Educación

En los pocos años de desarrollo de teorías en torno a la sobredotación intelectual se han producido definiciones diferentes y se han considerado criterios igualmente diversos en su conceptualización.
Esto es debido, en parte, a la
identificación de la sobredotación intelectual
con una mayor inteligencia y que ésta haya sido el criterio fundamental en su determinación.
 
El hecho de que el estudio de la inteligencia haya supuesto variedad de teorías y modelos explicativos hacen difícil, por tanto, el consenso entre la comunidad científica sobre las altas capacidades intelectuales.
 
De hecho, hoy día existe una diversidad de términos que, relacionados con la posesión de capacidades intelectuales de un nivel superior, suponen conceptos y matices diferentes. Así, el término superdotado se utiliza conjuntamente con las acepciones de genio, talento, altas capacidades, prodigio, etc. Ante esta diversidad, vamos a tratar de clarificar las situaciones más frecuentes que se pueden presentar entre el alumnado que presenta estas características.
 
El alumnado precoz es aquel que muestra un desarrollo temprano en una o varias áreas, pudiéndose confirmar o no las características que presenta una vez se consolide la maduración de su capacidad intelectual.
 
Se habla de talento cuando la persona destaca de manera especial en un ámbito o ámbitos específicos, presentando una capacidad superior a la media en áreas como la artística, verbal, lógica, matemática, creativa, etc.
 
La sobredotación intelectual es definida por J. Renzulli (1994), por la posesión de tres conjuntos básicos de características estrechamente relacionadas y con un igual énfasis en cada una de ellas:
 
•• Una capacidad intelectual superior a la media, en relación tanto a habilidades generales como específicas.
 
•• Un alto grado de dedicación a las tareas refiriéndose a perseverancia, resistencia,práctica dedicada, confianza en sí mismo, etc.
 
•• Altos niveles de creatividad, considerando la creatividad como capacidad de las personas para responder con fluidez,
flexibilidad y originalidad.
 
Tras la revisión terminológica, y siendo conscientes de la dificultad de establecer una única conceptualización así como de la diversidad de situaciones existentes, utilizaremos el término genérico de altas capacidades intelectuales para designar a aquellos alumnos o alumnas que destacan en algunas o en la mayoría de las capacidades muy por encima de la media.

A continuación encontraréis el enlace a través del cual os podéis bajar el manual en formato PDF.



Montse García
Compartir En Linkedin

sábado, 28 de julio de 2012

ANSIEDAD INFANTIL: TAS

TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN (TAS)

Montse García
Autorizo el uso de este material
siempre que se respete mi autoría
y se cite este blog en el lugar en el aparezca.
-->
Los trastornos de ansiedad son muy comunes en la infancia y adolescencia (Albano, Chorpita y Barlow, 1996). Sandín (1997) define la ansiedad como la respuesta anticipatoria de una amenaza, que se caracteriza por sensaciones afectivas de nerviosismo, tensión, aprensión y alarma, acompañadas de manifestaciones conductuales visibles y de cambios fisiológicos asociados a hiperactivación del sistema nervioso autónomo.

Aunque la ansiedad que presentan los niños ante la separación de los padres o de sus figuras de apego es muy frecuente en la infancia, si se vuelve desproporcionada para el desarrollo evolutivo del niño podríamos estar ante un trastorno psicológico.

En los niños con menos de tres años de edad es relativamente frecuente que la separación transitoria de sus figuras de apego les produzcan ciertos miedos y sensación de inseguridad que se traducen en algunas manifestaciones de angustia, con síntomas físicos y psíquicos. Cuando esta sintomatología es anormalmente intensa y frecuente, o cuando aparece después de los tres años de edad, cabe pensar que el niño padece un TAS.

Lo más común es que se inicie sobre los siete u ocho años de edad, aunque en ocasiones se manifiesta en edades preescolares a través de reacciones excesivamente angustiosas ante la separación durante los tres primeros años de edad. Cuando el inicio es más tardío, alrededor de los 11 años, suele tener una presentación y curso más severos (Kaplan y Sadock, 1996).

El trastorno de ansiedad por separación o TAS es  el único trastorno de ansiedad clasificado en el manual diagnóstico DSM-IV-TR como propio de la infancia, con inicio antes de los 18 años.

El TAS se caracteriza por la ansiedad excesiva ante la separación de las figuras de apego o del hogar, o ante la anticipación de estas situaciones, y se acompaña de una serie de síntomas como malestar excesivo, quejas somáticas, preocupación persistente, negativa a ir al colegio, a permanecer o dormir solo, etc. Para poder diagnosticar el trastornos sus síntomas deben persistir al menos durante 4 semanas, iniciarse antes de los 18 años y repercutir de forma negativa en la vida y en el desarrollo del niño.

Hay niños que son más tendentes que otros a sufrir este tipo de ansiedad, sin embargo existen otros factores que influyen en el origen y mantenimiento del TAS.
  • Un déficit de aprendizaje. La falta de habituación del niño a permanecer sin sus padres porque no existe una historia previa de separaciones breves de los padres y el niño.
  • Reforzamiento operante. Apego excesivo y potenciación con refuerzo de los padres hacia las conductas de dependencia en los niños. Esto genera normalmente poca autonomía en los niños y la búsqueda del contacto y la protección paterna.
  • Ciertas experiencias traumáticas y estresantes: inicio de la escolarización, hospitalización o muerte de alguien próximo, etc… pueden condicionar la ansiedad del niño ante futuras separaciones.

Teniendo en cuenta que un grupo de factores que inciden en el origen del TAS son las experiencias traumáticas y estresantes es adecuado hablar de una situación que sufren muchos niños en la actualidad, esta es, el divorcio de sus padres. Pues bien, según ciertos estudios, la vulnerabilidad de estos niños a presentar TAS es mayor si este niño ha vivido de forma traumática la separación brusca de uno de los padres tras la ruptura, dado que esto le predispondrá a reaccionar de forma ansiosa a las separaciones cotidianas.

La mejor forma de evitar o minimizar las manifestaciones de ansiedad de estos niños será que los ex cónyuges se conciencien e intenten que no haya desavenencias entre ellos, dado que así es más fácil que el niño pueda tener un contacto frecuente con ambos reduciendo así su conducta de temor ante la ausencia de las figuras de apego.

Por otra parte, se ha detectado que el trastorno de ansiedad por separación es una de las principales causas del absentismo escolar. Esta razón es la que lleva a incidir en el hecho de que es necesario distinguirlo bien de otros trastornos con características similares que también favorecen el absentismo escolar tales como la fobia escolar y otros trastornos de ansiedad.

¿Y qué hay del tratamiento? En lo que concierne al tratamiento y según demuestra la evidencia, se puede considerar tratamiento de elección para este trastorno la Terapia cognitivo-conductual. Dentro de este modelo se integran diferentes estrategias terapéuticas basadas en la exposición gradual, el autocontrol y el manejo de contingencias.

Algunas de las técnicas más utilizadas para el tratamiento del TAS son: diversos entrenamientos en relajación, entrenamiento en respiración profunda y el entrenamiento en autoinstrucciones. Además hay un protocolo de tratamiento que está considerado como probablemente eficaz y que es el más utilizado tanto para tratar el TAS como el TAG, se denomina “El gato que se las arregla” (Coping Cat) de Kendall (1990).


BIBLIOGRAFÍA

-Manual de Terapia de conducta en la Infancia – Isabel Comenche Moreno y Miguel A. Vallejo Pareja.
-Ansiedad generalizada, ansiedad por separación y fobia escolar: predominio de la terapia cognitivo-conductual – Isabel Santacruz, Ana i. Rosa, Julio Sánchez-Meca, Xavier Méndez y José Olivares – Universidad de Murcia.
-Trastorno de ansiedad por separación en hijos de padres divorciados – Mireia Orgilés Amorós, José Pedro Espada Sánchez y Xavier Méndez Carrillo.
-Trastorno de ansiedad por separación y absentismo escolar – Javier de las Heras (Revista complutense de educación).


Compartir En Linkedin

viernes, 27 de julio de 2012

VOLUNTARIADO

VOLUNTARIADO Y TRABAJO REMUNERADO

Montse García

Autorizo el uso de este material
siempre que se respete mi autoría
y se cite este blog en el lugar en el aparezca.

Voluntario es la persona que, por elección propia, dedica una parte de su tiempo a la acción solidaria, altruista, sin recibir remuneración por ello.
A los voluntarios se les presuponen una serie de características:

  1. La persona ha tenido la iniciativa suficiente como para reflexionar de manera responsable sobre el tema.
  2. Es un comportamiento que la persona realmente ha llevado a cabo.
  3. Se enmarca dentro de una organización. Esto conlleva un proceso de socialización y adaptación a normas que puede ser positivamente valorado en cualquier entorno laboral.
  4. Beneficia a mucha gente, luego tiene un verdadero fin.
  5. La persona hace todo eso sin recibir nada material a cambio. 
 
Estas actitudes ofrecen gran cantidad de información adicional sobre cómo es una persona, además de lo que ha estudiado y la experiencia profesional que tiene.  

En relación con las diferentes motivaciones que pueden tener los voluntarios, hay  estudios realizados en España que encuentran que los puntos fundamentales son los siguientes:
  • La necesidad de ayudar a los demás y a la sociedad.
  • Hacer algo útil.
  • Conocer nuevas experiencias. 

No obstante hay también una respuesta habitual de los voluntarios. Muchos dicen que realizan voluntariado "por intereses profesionales" ya que estas actividades pueden servirle como entrenamiento o pasarela a un futuro laboral.

Habida cuenta de todo lo anterior, podemos resumir las motivaciones en dos tipos:
  1. El altruismo. Que incluiría a todos aquellos que quieren ofrecer ayuda.
  2. La necesidad de autorrealización. Los que necesitan formar parte de un grupo con unos intereses comunes, los que obtienen alguna gratificación personal, los que quieren "formarse", los que desean crear una "red de contactos" en su profesión, etc. 

 
Batson, Ahmad y Tsang desde la Psicología Social clasifican la motivación en cuatro tipos:
  • El egoísmo. El objetivo principal es mejorar el bienestar personal (sentirse bien, reconocimiento, imagen positiva, etc).
  • El altruismo. El objetivo es mejorar el bienestar de otra u otras personas. Según Batson la razón más común de esta motivación es la emoción empática.
  • El colectivismo. El objetivo es mejorar el bienestar de un grupo. El problema es que se tiende a ayudar al propio grupo.
  • El fundamentalismo. El objetivo es apoyar una serie de principios morales (ej. la justicia). 

A mi juicio en la mayoría de los casos no hay un tipo de motivación pura, aunque es posible que prevalezca con mayor intensidad una motivación principal. 
Si consideramos por ejemplo a una persona voluntaria con motivación altruista, puede que desee por encima de todo mejorar el bienestar de otros, sin embargo si le preguntamos puede que también nos responda que le hace sentirse muy bien y que recibe tanta satisfacción a cambio de realizar esa labor que le compensan todos los esfuerzos realizados. Incluso es muy probable que su autoestima se esté reforzando de forma importante.
Bajo este punto de vista estarían actuando dos motivaciones principales y en principio contrapuestas, el altruismo y el egoísmo.
Entrando en el terreno más laboral, hay mucha gente que pone en duda de que el voluntariado sea beneficioso para una sociedad en la medida en que se utiliza el trabajo no remunerado de muchas personas para evitar crear puestos de trabajo que de otro modo no habría más remedio que cubrir. Esta es una de las razones por las que algunas personas se muestran reacias a realizar labores de este tipo.


No obstante es preciso que también veamos la otra parte y es que muchas de las tareas que habitualmente las desempeñan los voluntarios van progresando y llegando a un estado de profesionalización. Esto último implicaría que progresivamente vayan apareciendo trabajos de nueva creación que deberán ser ocupados por trabajadores remunerados.

Por otra parte también podemos contemplar el voluntariado como una forma de adquirir y desarrollar competencias como el trabajo en equipo, la iniciativa, el afán de logro, la flexibilidad, la resistencia al fracaso, la creatividad, etc...todas ellas de suma importancia en el mundo laboral.

Dado que actualmente muchas organizaciones, especialmente del ámbito privado, gestionan sus RRHH basándose en las competencias, no es nada desdeñable para cualquier persona colaborar con una organización de voluntariado como modo de desarrollar muchas de las competencias que más se valoran dentro del nuevo mercado laboral.

Para concluir y a modo de reflexión, habría que decir que, si bien generalmente se concibe el voluntariado como un fin en sí mismo, también es posible usarlo como un vehículo para adquirir experiencia profesional y entrenamiento en habilidades sociales y otras competencias buscadas en un empleado sobresaliente. 

¿Es posible que estas otras razones de realizar voluntariado puedan plantear más de un dilema ético a ciertas personas? Sí, es posible, pero ¿podemos juzgar moralmente a estos voluntarios si al realizar su labor lo hacen de un modo eficiente, ético, solidario, generoso y sin reservas sólo porque también deseen estar preparados para lograr un mejor modo de ganarse la vida? Yo no lo creo ¿y vosotros?




Bibliografía consultada

"El Nuevo Mercado Laboral: Estrategias de Inserción y Desarrollo Profesional (UNED)- Fco José Palací Descals, Juan Antonio Moriano León. 
Voluntariado - Wikipedia
Voluntariado.net











Compartir En Linkedin

miércoles, 25 de julio de 2012

HISTORIAS DE ADOLESCENTES: ASERTIVIDAD 2

LA ASERTIVIDAD DE MARÍA (2)

No apagues tu luz María....
 
Montse García

"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes, fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire con chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende". Eduardo Galeano . Esta frase está dedicada a mi querida amiga Lurdes, es una de sus favoritas.


 “No hay ninguna razón para sufrir. si eres consciente, puedes rebelarte y decir: ¡Ya Basta!”  Dr. Miguel Ruiz




Durante unos minutos interminables estuvo María intentando decidir si debía llegar a las nueve y media, hora de regreso estipulada por sus padres, o bien infringir esa norma, exponiéndose quedarse sin salir con sus amigos durante una semana, pero tal vez ahorrándose un castigo mayor…

Descubrió que tomar una decisión con la cabeza ida y el estómago revuelto se estaba convirtiendo en una tarea sumamente difícil…uff… qué hacer…

Sus amigos seguían riendo y divirtiéndose a su costa. -Ay “ratita asustada”, ¿qué te harán tus papás si te ven colocada? Jijiji, jajajjaja. María los quería enviar a algún sitio nada agradable, por ejemplo a la mierda, sí, ese sería un buen sitio para su panda ese día…Aunque de nuevo surgió aquella vocecilla dentro de ella que le decía, ¿quién eres tú para decir esas cosas a tus amigos? ¿y si esto significa la expulsión del grupo? ¿cómo podré sobrevivir en el instituto si ellos no me dejan estar a su lado?...pero ella no era nadie para enfrentarse de ese modo a Marc, ni a Silvia, ni a Pedro, ni, ni.

Así que, una vez más, María se tragó las ganas y su congoja y siguió aguantando la lluvia de tonterías que sus amigos estaban diciendo sobre ella y todo ello con una sonrisa en la cara, al menos eso le parecía a ella…

No podía ya con tanta presión, por lo que, a pesar de lo que le dictaba su sentido común, decidió llegar a su casa a las nueve y media y que pasase lo que tenía que pasar…Mejor era que la castigaran dos meses sin salir que aguantar a los cantamañanas de sus amigos riéndose de ella.

Eso decidió y eso hizo, se despidió de sus amigos incapaz de pedirle a ninguno de ellos que la acompañaran a casa, ella estaba mareada y no se encontraba bien. Tampoco ninguno se ofreció a acompañarla, demostrando una vez más, una considerable insensibilidad y despreocupación por el bienestar de María.

Se arrimó a la pared para que ésta la ayudase a mantenerse recta y tiró hacia delante, mientras un nudo de tristeza se formaba en su garganta. ¡Qué poquita cosa era que ni siquiera era digna de la preocupación de sus “amigos”! Pero al menos la dejaban ir con ellos…

Y al fin llegó a su casa, eran las nueve y veinticinco ¡menos mal!, llegaba a tiempo, al menos el riesgo que estaba corriendo de que sus padres la vieran en ese estado servía para algo…

María entró deprisa, saludó desde la puerta del salón a sus padres diciéndoles que venía muy cansada, dijo que no quería cenar, que prefería acostarse pronto y descansar para estar bien mañana.

Y sus padres, ¿se creyeron esta excusa de María?, pues no, claro que no, ellos también habían sido adolescentes y no eran ningunos “carcas”, además conocían a su hija muy bien. Ella no era así, su comportamiento llevaba algún tiempo siendo muy extraño, estaban preocupados y necesitaban saber a qué atenerse para poder ayudarla. Ellos pensaban que esta situación ya trascendía a la propia etapa por la que atravesaba, la adolescencia.

La niña estaba triste siendo de natural alegre, se la veía muy retraída y casi siempre rehuía la mirada de sus padres. No hablaba casi nunca de sus amigos, ya no les enseñaba aquellos dibujos y textos tan creativos que ella solía hacer. La ropa que ahora usaba era cada vez más ancha, deforme e insulsa, como tratando de utilizarla para esconderse detrás de ella. Su rostro y sus ojos ya no transmitían aquella chispa tan característica de su hija.

Por otra parte, y aunque probablemente María no lo sabía, al entrar a su casa el salón quedó inundado por un fuerte olor a marihuana que sus padres identificaron inmediatamente. Ella tenía 14 años y sus padres no podían quedarse de brazos cruzados contemplando como su hija coqueteaba con las drogas a esa edad tan temprana. Este detalle fue la última gota, el motor que les impulsó a entrar en acción. Aunque Antonio y Maribel quedaron muy preocupados por ese detalle decidieron no tomar represalias contra María, primero había que averiguar el problema de fondo, después ya veríamos…

Solos de nuevo, los padres de María conversaron esa noche largo y tendido. Decidieron llamar al día siguiente a una psicóloga de su confianza que en otras ocasiones les había ayudado a superar otras dificultades de sus vidas.

Tras tomar esa decisión, Antonio y Maribel se tranquilizaron un tanto, Marta les ayudaría, y seguro que podían hacer algo para que su hija María volviera a ser la niña alegre y creativa de antaño. Su máxima aspiración como padres era ver a su hija feliz.

Mientras tanto María, tendida en su cama de cualquier manera, lloraba profusamente de un modo silencioso y blando, como sacando fuera de sí toda esa pena que sentía por ella misma en esos momentos. Se sentía fatal, pero fatal del alma no del cuerpo. Sus amigos la habían dejado marchar sin ni siquiera preocuparse un poquito por ella, ¿sería eso normal o tal vez es que ella era una pusilánime que se preocupaba por cualquier cosa?

Añoraba a sus padres, ellos la habrían abrazado y comprendido, la habrían consolado y después la habrían animado a sentirse mejor y a luchar por todas las cosas maravillosas en las que ella creía. ¿Y qué le impedía acudir a ellos si sólo los separaba una pared?....¡Mierda de día! Ya no era una cría, tendría que aprender a salir de esto ella sola…



Compartir En Linkedin

lunes, 23 de julio de 2012

HORAPRODUCTIVA. IE: LA IRA

HORAPRODUCTIVA. "INTELIGENCIA EMOCIONAL: LA IRA"

Montse García

Al final del texto dejo un enlace desde el que podéis acceder al portal de horaproductiva. Allí podéis leer muchos artículos interesantes, además del mío que figura arriba.

Agradezco mucho a Víctor Saavedra (CEO del grupo Arquetipo) que contactara conmigo para publicar alguno de mis artículos en su portal de Horaproductiva.

 ¿QUÉ ES HORAPRODUCTIVA?

Pertenece al grupo Arquetipo que es una firma de consultoría y servicios de gerencia del talento humano de alto valor de dirección en formación, consultoría y desarrollo organizacional http://grupoarquetipo.com/ 

Actualmente esta firma está desarrollando un proyecto comunicacional independiente, Horaproductiva, con una línea editorial temática en las especialidades de coaching, marketing, cultura digital, talento humano y psicología, en formato: “Magazine Digital / Blog”, suscrito al dominio http://horaproductiva.com/ .
        


HORAPRODUCTIVA. Artículo: "Inteligencia Emocional: La Ira" 


Gracias Víctor ¡¡¡
Montse García


Compartir En Linkedin

domingo, 22 de julio de 2012

DUELO INFANTIL DE 0 A 12 AÑOS

CARACTERÍSTICAS DEL DUELO EN LOS NIÑOS DE 0 A 12 AÑOS

Autora: Montse García

“ Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar la
pérdida antes de que se produzca, en el momento en que ocurre y
sobre todo después, hace que el niño/a no pueda sentirse culpable,
deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestros hijos a
curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de
todas –la muerte de un ser querido -, los estamos dotando de unas
capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el
resto de sus vidas”. William C. Kroen (1996).



Cada vez más desde nuestra sociedad occidental tendemos a proteger de un modo excesivo a nuestros infantes de las crudas realidades de la vida. Esto que a priori nos parece bueno, en muchas ocasiones no lo es ya que apartando a los niños de estas realidades no les permitimos que conozcan, experimenten, se habituen y aprendan a afrontar muchas de las experiencias que tendran que vivir en un tiempo más o menos próximo.

La muerte de un ser querido es uno de los acontecimientos más dolorosos y estresantes que puede experimentar un ser humano, y además suele ser un hecho ineludible en la mayoría de los casos. ¿Quién no ha perdido a alguien al que quiere?

Cuando esto ocurre todas las personas, incluidos los niños y los adolescentes, debemos enfrentarnos a un proceso de duelo para el que muchas veces no estamos preparados. Si no afrontamos adecuadamente esta pérdida estaremos expuestos a sufrir problemas posteriormente. 

Algunos de los mitos que nuestra sociedad ha forjado en torno al duelo infantil son los siguientes:
  • El sufrimiento y el duelo infantil son de corta duración. Pero en realidad, este dolor nunca termina. Los niños crecen, se desarrollan y van descubriendo e incorporando nuevos factores desarrollados con la pérdida.
  • Los bebés y los niños pequeños, no son capaces de sufrir o experimentar el duelo. Es al contrario, los niños/as experimentan estas emociones intensamente. Sin embargo su expresión verbal poco desarrollada no les permite expresar estos sentimientos y muchas veces estas emociones no son reconocidas por los adultos.
  • El trauma causado por la muerte de un ser querido siempre ocasiona trastornos emocionales a largo plazo. El sufrimiento es una respuesta normal a la muerte de un ser querido. En la mayor parte de los casos, cuando los niños/as reciben apoyo y sienten que sus sentimientos y experiencias son validadas, tienden a desarrollarse normalmente.
  • Para ayudar a los niños/as que han perdido a un ser querido, el objetivo es terminar con su sufrimiento y duelo. Como procesos, el duelo y el dolor nunca terminan, y por ello reaparecerán a lo largo de toda la vida. El cariño y la comprensión ayudarán a procesar esta experiencia.
 
Al objeto de que los adultos podamos reconocer el proceso de duelo por el que pasan los niños/as y de ese modo podamos ayudarles a afrontarlo, será útil que conozcamos sus reacciones de acuerdo con su edad y su etapa evolutiva.

PRIMERA ETAPA: MENOS DE 3 AÑOS
No comprenden qué significa el concepto de muerte y sus consecuencias. Carecen de la percepción de tiempo y espacio.

Los bebés
Crean un vínculo afectivo muy fuerte con la persona que les cuida y protege (normalmente la madre), ese apego les proporciona seguridad emocional, aceptación y protección.
Al fallecer esta figura protectora, la primera sensación que tiene es la de abandono. En este caso es común observar en los bebés comportamientos como:
  • Búsqueda de la figura protectora, llantos inconsolables, rechazos a nuevas figuras protectoras, alteración del sueño, problemas en la alimentación, irascibilidad, rabietas…

La ausencia de esa figura protectora ocasiona al bebé sentimientos y emociones de abandono, indefensión y desprotección. Lo principal es que cuanto antes el bebé vuelva a sentirse querido y protegido por otra persona, aunque eso no evitará que él espere durante bastante tiempo la aparición de su madre.
 
2 a 3 años
El niño ha evolucionado cognitivamente aunque su perspectiva emocional es similar. La pérdida de una persona significativa les provoca sentimientos de abandono, miedo y desasosiego. Así que el niño tendrá episodios de:
  • Llanto, intranquilidad, inseguridad, desapego, retroceso en el aprendizaje, rechazo hacia otras personas, irritabilidad. Con esta edad ya preguntan continuamente por la persona fallecida, aunque al rato parece que se han olvidado de ella.

Lo mejor que podemos hacer en esta etapa es otorgarle afectividad y seguridad. Los familiares son esenciales en estos primeros momentos.

SEGUNDA ETAPA: DE 3 A 6/7 AÑOS

3 a 5 años
Su nivel de comprensión es más avanzado, ya domina mejor el lenguaje. Aún no están preparados para entender el concepto de muerte. Para ellos las personas no tienen límite temporal.

La muerte la entienden como algo reversible, temporal e impersonal, ni siquiera  se plantean que ellos o  su familia puedan morirse. Cuando eso sucede lo primero que sienten es abandono y desprotección.
  • Constantemente están esperando que aparezca esta persona y esto les causa gran dolor y ansiedad.

5 a 6 años
Empiezan a comprender un poco más el significado de estar vivo o muerto aunque son incapaces de comprender de manera global lo sucedido.

Sus manifestaciones de duelo más comunes son:
  • Sentimiento de abandono, miedo, incomprensión, tristeza, culpabilidad, ansiedad por la separación, incertidumbre, rabia, enfado, pocas ganas de comer, falta de atención.
 
Otros síntomas habituales en las primeras semanas son:
  • Conductas desadaptadas, retroceso en su desarrollo evolutivo, enuresis, regresión del comportamiento, desobediencia, trastornos de la alimentación, desinterés, pesadillas, etc… Son manifestaciones muy comunes que desaparecen con el tiempo.

En caso de que se intensificaran y persistieran podríamos decir que el duelo se está complicando y debe consultarse con un psicólogo.

Es aconsejable que el niño participe con el resto de la familia en esos momentos de dolor, ya que eso le facilitará el que exprese sus sentimientos y comprenda mejor la realidad.

TERCERA ETAPA: DE 6/7 A LOS 11/12 AÑOS

6 a  9 años

A los 6/7 empiezan a entender el concepto de la muerte, aunque aún les resulta difícil imaginar que ellos o sus seres queridos tienen que morir.

A los 8/9 años ya empiezan a superar el concepto de reversibilidad y dan paso al concepto de lo definitivo.

Cuando se muere un ser querido se les hunde su mundo, su estabilidad y la protección que creían tener desaparece. Actitudes hacia la pérdida:
  • El rechazo es una de sus primeras actitudes.
  • En estas edades  los niños lo personifican todo y la culpabilidad es un rasgo muy común. En ocasiones han podido escuchar a su madre: “eres malo, me vas a matar a disgustos”. Este tipo de frases permanece en el interior del niño y él puede llegar a pensar que es el culpable de dicha muerte.

La dificultad que tienen algunos de expresar sus miedos, pensamientos y ocultarlos les pueden llevar a entrar en un proceso de ansiedad, angustia y culpa que puede afectarles en su desarrollo psicológico. El rechazo, la rabia y la falta de aceptación por la pérdida ocasionan cambios de comportamientos expresados en:
  • Agresividad, violencia, pesadillas nocturnas, falta de concentración, insociabilidad, rechazo a otros familiares que quieren ayudarle, culpabilidad dirigida hacia sí mismo o culpabilización hacia la persona fallecida por haberse muerto, irritabilidad, desinterés, necesidad de permanecer con las personas sobrevivientes por miedo a que también mueran, deseo de unirse con la persona fallecida, expresándolo continuamente, agresividad manifestada a través del juego…

En ocasiones síntomas psicosomáticos como:
  • Cefaleas, dolor de estómago, inapetencia, hipocondría, estrés postraumático.

La ayuda de los familiares, profesores y amigos es la mejor terapia para superar el trance doloroso y elaborar el duelo aceptando la muerte de su ser querido.

Para el psicólogo William C. Kroen (2002), los tres temores más frecuentes del niño son:

-¿Causé yo la muerte?
-¿Me pasará esto a mí?
-¿Quién me va a cuidar?

Más de 9 hasta 12 años.

Los niños ya están preparados para tomar conciencia de la dura realidad de la vida. En un duelo presentan sentimientos ambivalentes:
  • Curiosidad por saber más sobre la muerte. Con preguntas de este estilo: ¿Cuándo una persona muere a dónde se va? ¿Se lo comen los gusanos?...
  • Miedo atroz hacia ella.

Cuando un niño está elaborando el duelo, no solo es importante observar sus cambios de comportamientos, sino también las preguntas que nos formulan. A través de ellas podemos averiguar en qué momento emocional se encuentra, si existe ansiedad persistente, si tienes deseos de morirse (vigilar las ideas suicidas).

Lo mejor es que la comunicación sea fluida entre el niño y los adultos, para que así puedan expresar sus emociones, miedos, pensamientos. El silencio de lo que está ocurriendo hace que no elabore su duelo de manera normal y que pueda optar por aplazarlo.

Otras variables que debemos tener en cuenta son: 
  • Los cambios que se producen en su entorno. El cambio lo viven como pérdidas, les desestructura y sienten ansiedad por lo inesperado.
  • La adaptación de roles. Hay niños que adoptan roles del fallecido, para intentar que todo siga igual o para evitar el sufrimiento de la familia pudiéndole crear un cuadro de ansiedad o síntomas depresivos. En otras ocasiones se convierten en niños irrespetuosos que abandonan sus obligaciones y culpabilizan a los demás de los sucedido. Todo esto son manifestaciones de inseguridad y de rabia por todo lo que ha cambiado su vida, no aceptan esa muerte y tienen gran sentimiento de abandono.

Es importante mantener la comunicación desde el primer momento con los niños para que expresen su dolor y vuelvan cuanto antes  a la normalidad.

A modo de recomendación final
Padres y familiares deberían tomar conciencia de que si durante un proceso de duelo observan estas actitudes y comportamientos en sus niños y no se ven capaces de manejar estas situaciones, lo mejor es que acudan a la consulta de un psicólogo/a para que les orienten y ayuden a que el niño pueda elaborar el duelo adecuadamente evitando así que surjan problemas futuros derivados de éste.


Bibliografía

“El duelo- Como ayudar a los niños/as a afrontarlo”- Iratxe Apraiz Sagarna
“El duelo, estrategias terapéuticas con niños y personas con síndrome de Down. Intervención duelo por suicidio”- Antonia Jiménez González, Montserrat Montés Germán, Javier Jiménez Pietropaolo.









Compartir En Linkedin