EL EFECTO PIGMALIÓN O PROFECÍA AUTOCUMPLIDA APLICADO A LA ENSEÑANZA
Montse García
El efecto pigmalión tiene su origen en un mito griego, en el que un escultor llamado Pigmalión (Πυγμαλίων en griego antiguo) se enamoró de una de sus creaciones: Galatea.
A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si
fuera una mujer real, como si estuviera viva.
Afrodita, al ver el amor que Pigmalión sentía por la estatua que representaba la mujer de sus sueños, hace que ésta cobre vida.
Este suceso fue nombrado como el efecto pigmalión ya que superó lo
que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva esta
llegó efectivamente a estarlo.
En el ámbito educativo Rosenthal y Jacobson estudiaron este efecto desde la perspectiva de la teoría de la profecía autocumplida. A través de un experimento demostraron que cuando los docentes tienen expectativas positivas sobre el comportamiento y rendimiento de sus alumnos verdaderamente consiguen que ellos obtengan mejores resultados escolares.
No es un efecto mágico, simplemente es que si un profesor tiene mejores expectativas sobre determinados alumnos es probable que les den a éstos mejor y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, más feed back positivo, sonrisas, etc... A cambio estos alumnos, al verse tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las altas expectativas de sus profesores y proporcionando las respuestas acertadas con mayor frecuencia. En definitiva los alumnos se esfuerzan por corresponder a la confianza que su profesor ha puesto en ellos.
Recomiendo que veáis este vídeo de poco más de 3 minutos que explica este efecto y el experimento citado de un modo bello y sencillo.
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