UNAS ALAS DE LUZ
Autora: Cristina MenaCuento espiritual sobre los sentimientos.
Fuente: http://www.encuentos.com/cuentos-cortos/unas-alas-de-luz/
Abrí la puerta y enseguida salieron
revoloteando mil seres alados, virtudes, dones, caracteres, defectos,
vanidades… el más audaz el Amor, volaba entre todos seguro de saber
quién era.
Todos andaban siempre pendientes del
Amor, pues sabían que era el más relevante, el más importante, el más
poderoso. A poca distancia la Pasión le miraba de reojo, nunca podía
alcanzarle con sus juegos, pero a veces cuando le tenía bien cerca
formaban una pareja formidable, saltaban chispas…
Un poquito más rezagado la Nostalgia
buscaba hacerse un hueco para ser notada en aquel improvisado juego de
sentimientos. De repente se advirtió algo extraño, un elemento no muy
bien definido, al que no se le podía poner ningún nombre tenía su cabeza
baja, su mirada hacia el suelo, indicaba que estaba triste, que no lo
estaba pasando bien.
Los demás sentimientos y seres
comenzaron a rumorear sobre ese elemento ¿quién es? decían unos, ¿por
qué está tan triste? preguntaban otros; pero nadie acertaba a dar
ninguna respuesta sensata así que sin más se acercaron a él y hablaron
así:
- ¿Por qué no juegas? ¿Por qué no sales volando y te diviertes como todos nosotros?
- Estoy esperando, (se oyó una voz) estoy esperando a que vengan a recogerme, ya se están retrasando…
- ¿Retrasando? ¿Esperando? pero ¿qué es
lo tratas de decir? no te comprendemos, ¡explícate mejor!, (acertó a
expresar el más osado carácter, la Impaciencia).
- Sí, veréis, yo soy la Tristeza y tan
solo estoy esperando, dentro de unos momentos, estoy segura, volaré de
la misma forma que voláis vosotros, es sólo que ahora estoy esperando.
Todos los sentimientos se quedaron muy
confusos sin saber bien qué estaba esperando aquel ser que no parecía
poder volar ni tan siquiera lo intentaba. Pasaron varios minutos pero
por allí no aparecía nadie de los que ya estaban.
La Ilusión que jugaba con la Compasión
al escondite se le acercó y le dijo: yo te comprendo, esperas que venga
alguien a quien necesitas mucho, pero aunque yo me quede a tu lado no
por ello puedo asegurarte que vendrá, pues yo sé que no es suficiente la
Ilusión para conseguirlo.
Al rumor de la conversación se acercó la Paciencia y le dijo:
- Yo me quedo si quieres aquí un ratito,
tal vez sea necesaria mi compañía si pasa el tiempo y nadie aparece.
Voy a llamar al Don de la Oportunidad, tal vez nos ayude con esta
espera.
También se aproximó el Orgullo pero
viendo que todos andaban muy sumisos y humildes decidió no quedarse, no
era su lugar, le aburría esa reunión tan pausada de débiles y
entregados. Al poco rato se vio un resplandor grande en el cielo, la
Tristeza se incorporó un poco y pudo percibir cómo dos alas blancas y
radiantes bajaban desde los cielos para posarse con suavidad sobre su
apenada y encorvada espalda.
Al contacto con su piel se fundieron en
su cuerpo y majestuosas se desplegaron por encima de todos los
sentimientos reunidos. Aquel sentimiento triste entonces agitó las alas y
brindando una sonrisa de luz se elevó al cielo y llamando a su lado al
resto de sus compañeros se puso a jugar y disfrutar revoloteando por los
aires.
La Paciencia viendo que ya no tenía
sentido permanecer allí también agitó sus alas y se levantó del suelo.
La Ilusión, ilusionada de que todo hubiera terminado bien, emprendió
vuelo para reunirse contenta con sus amigos de juegos.
El Orgullo se sintió desconcertado, tal
vez no había medido bien las fuerzas de la Tristeza, tal vez se había
precipitado en su juicio sobre ella. Le comentó el suceso a la Soberbia
que comenzó a mirar a la Tristeza con otros ojos, con más amabilidad y
simpatía, tal vez pensando qué en ocasiones podían tener un mismo rostro
en su fondo.
El Amor abrió muy grandes sus ojos y con
total asombro mirando cómo la Tristeza se ponía una sonrisa en su cara y
se confundía con la Alegría les preguntó a todos un poco asustado:
- ¿Quién es ese ser? ¿Quién es capaz de acercarse a la Tristeza, coserle unas alas y lograr implantar en su rostro una sonrisa?
-¿Quién es más poderoso que yo?, ¿quién puede ser más poderoso que yo? preguntaba insistente el Amor, totalmente desubicado.
La Esperanza, la Esperanza, ¡la
Esperanza!, se oyó en ecos en el cielo el batir de alas blancas de una
verdad. El Amor, miró a todos sus compañeros que revoloteaban por el
cielo, miró sus espaldas… vio esa nueva luz de Esperanza en la Tristeza…
y comprendió.
6 comentarios:
Bonito relato paisana,
que disfrutes las fiestas
y el nuevo año que llega te llene de felicidad,
¡¡feliz año 2013!!
un abrazo.
Hola Ricardo,
En verdad el relato es precioso, también te deseo lo mejor para estas fiestas y sobre todo para el próximo año que ya está en las puertas.
Un fuerte abrazo,
Montse
Enhorabuena por este precioso y adecuado cuento para estos momentos tan duros.
Un saludo
Interesante relato. feliz año
Hola José Antonio,
Feliz año a ti también, aprovecho para recomendar tu excelente blog de EDUCACIÓN INCLUSIVA. LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD.
http://atdieu-magisterio.blogspot.com.es/
Un abrazo
Montse
Montse, muchas muchas gracias por todo lo que compartes con todos nosotros, textos realmente hermosos y que nos ayudan en el día a dia, GRACIAS, MIL que tengas un año SUPER LINDO,
angie.
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