LA AUTOESTIMA INFANTIL- I
ESTRATEGIAS PARA FORTALECER LA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS
La autoestima puede ser diferenciada del
autoconcepto, que es el conjunto de elementos que una persona utiliza para
describirse a sí mismo. La autoestima es
la evaluación de la información contenida en el autoconcepto, y procede de los
sentimientos de la persona acerca de lo que ella es. La autoestima es el grado
de aceptación de nosotros mismos, el grado de estima que profesamos hacia
nuestro propio concepto, y esta basada en la combinación de la información
objetiva sobre uno mismo y la evaluación subjetiva de dicha información.
La autoestima esta formada por la percepción y el
ideal de uno mismo. La percepción de uno mismo equivale al autoconcepto: la
visión objetiva de las habilidades, características y cualidades. El ideal de
uno mismo es la imagen de la persona que le gustaría ser, el deseo de poseer
determinados atributos.
La autoestima es el resultado de la discrepancia
entre la percepción de uno mismo (la visión objetiva) y el ideal de uno mismo
(aquello que la persona valora, lo que le gustaría ser). Una gran discrepancia
supone una baja autoestima, mientras que una escasa discrepancia es indicativo
de una alta autoestima (Alice W. Pope, 1996)
La autoestima es una vivencia y juicio de valor sobre
sí mismo y sobre las relaciones y responsabilidades para consigo mismo, para
con los otros y con el entorno, es decir, tener autoestima equivale a quererse
a sí mismo aceptando nuestros propios logros y limitaciones.
ESTRATEGIAS PARA FORTALECER LA AUTOESTIMA
- Como padre o madre y como educador, intenta siempre elogiar los éxitos de los niños (aunque sean muy pequeños).
- Demuestra cariño de una forma natural, auténtica y sincera. Expresa y haz saber verbalmente tu sentimiento.
- Es mejor sugerir a los niños qué cosas pueden y deben hacer, en lugar de ordenar lo que no deben realizar o lo que se les prohíbe. La actitud positiva prepara cognitivamente al niño para hacer las actividades que se le propongan. En lugar de: "No juegues aquí con esa pelota", díle: "Puedes juegar con la pelota en el patio".
- Deja claro y haz saber a los niños que sus errores son una parte natural del crecimiento. Todos, incluyendo los adultos, cometemos errores. No enfatices los fallos, refuerza los éxitos.
- Siempre que puedas procura ignorar o no dar demasiada importancia a las conductas infantiles cuando son discretamente desadaptadas: por ejemplo, las ragietas; busca un momento adecuado y manifiesta tu descontento, pero procura no minusvalorar la conducta de un modo público, en presencia de amigos o compañeros.
- Muestra agradecimiento a los niños cuando éstos cooperen, cuando te ayuden, cuando se expresen de manera adecuada hacia los demás, cuando obedezcan y reaccionen de forma positiva.
- Responde afectuosamente y alaba verbalmente a los niños si se portan bien. Explicita con franqueza qué fue lo que te gustó de su comportamiento.
- Sugiere actividades que los niños puedan superar con moderada dificultad.
- Cuando un niño se porte mal, aprende a separar el mal comportamiento de la personalidad del niño. No le digas "eres malo", dile por ejemplo: "No me gusta cuando tiras los juguetes".
Montse García
Bibliografía
Extracto del manual "Autoestima Infantil" de Ruth Rodríguez.
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