domingo, 22 de febrero de 2015

INTELIGENCIA EMOCIONAL ACTIVIDAD: "EL MIEDO ES BLANDITO Y SUAVE"

INTELIGENCIA EMOCIONAL 3ª EDICIÓN ACTIVIDAD. REPRESENTACIÓN DEL CUENTO "EL MIEDO ES BLANDITO Y SUAVE"

Montse García

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Por falta de tiempo hace meses que no escribo sobre
ninguna de las actividades que estamos llevando a cabo este año en Inteligencia Emocional, pero por fin he encontrado un ratito para explicar una de las últimas que hemos realizado. Además ahora es una buena ocasión porque desde hace unos días tenemos una nueva colaboradora en la clase de Inteligencia Emocional del colegio. Se llama María, es estudiante de magisterio y su proyecto de prácticas va a tratar de los beneficios que la Inteligencia Emocional tiene para los niños de primaria. Los niños la han acogido estupendamente y a mí me parece genial que esté viniendo a ayudarnos y a observar las cosas que hacemos.



Hace un par de clases llegamos a la biblioteca y solo había 5 niños, después nos enteramos que los demás se habían ido de excursión para todo el día a Valencia. Esto hizo que tuviéramos que replantear la clase de ese día, así que en vez de seguir con el proyecto actual de escribir por equipos un cuento sobre emociones,  decidimos leer un cuento sobre el miedo que yo traía preparado para otro día.



Iniciada la lectura se me ocurrió sugerirle a los niños que ya que éramos pocos y teníamos más tiempo podríamos preparar ese cuento para hacer una pequeña representación en la sesión siguiente en la que el público fuesen los compañeros que ese día no estaban. Y dicho y hecho, a todos los niños les gustó la idea y nos pusimos a  leer, debatir y después repartir los papeles del cuento.



El cuento Pedro Pablo Sacristán es corto, bonito y da a los niños una herramienta muy útil para afrontar su miedo a la oscuridad. A continuación añado el cuento que estuvimos trabajando:





"Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no dejaba de sentir un miedo atroz. 


Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer increíble, famosísima por su valentía y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez había se había asustado.

- Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento.
La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?

- Te contaré un secreto, Marina. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos niños ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre asustadísimos. 


- ¡Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese secreto?

- ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántete con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y mañana me cuentas cómo es el miedo.


Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor, así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz. Al poco rato, sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...


A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando. "¡el miedo es blandito y suave!... ¡es mi osito de peluche!"






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Por exigencias de los personajes tuvimos que hacer unas pequeñas modificaciones. Así que repartimos los papeles y Álex fue el narrador (que tenía mas texto y por ser el mayor también tiene una lectura más fluida), Leire fue Marina, Carlos pasó a ser el tío Valeriano y Pau quiso actuar de osito de peluche. Alberto que es el más pequeñín no quería participar como actor, por lo que el reparto se cerró.



En la siguiente sesión en la que ya estuvieron todos los niños, les explicamos que íbamos a representar un pequeño teatrillo y que ellos serían el público. Dado que ellos no conocían el cuento primero el grupo de “actores” fue el encargado de explicarles de forma resumida en qué consistía la obra.



En realidad más que representación se realizó una lectura en la que cada niño y niña fue el encargado de leer su parte. Finalmente entre todos debatimos sobre el contenido del cuento y sobre el ingenioso “truco” de los niños ciegos para no tener miedo a la oscuridad.



Los niños que actuaron estuvieron contentos de hacerlo y ver que el resto de compañeros les prestaban atención, y los que no pudieron representar el cuento pidieron hacerlo en otra ocasión.





Bonita actividad y buen “truco” para que los papás lo enseñen a los niños con miedo a la oscuridad.



¡Hasta la próxima!





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