INTELIGENCIA EMOCIONAL 3ª EDICIÓN ACTIVIDAD. REPRESENTACIÓN DEL CUENTO "EL MIEDO ES BLANDITO Y SUAVE"
Montse García--> -->
Por
falta de tiempo hace meses que no escribo sobre
ninguna de las actividades que estamos
llevando a cabo este año en Inteligencia Emocional, pero por fin he encontrado
un ratito para explicar una de las últimas que hemos realizado. Además ahora es
una buena ocasión porque desde hace unos días tenemos una nueva colaboradora en
la clase de Inteligencia Emocional del colegio. Se llama María, es estudiante
de magisterio y su proyecto de prácticas va a tratar de los beneficios que la
Inteligencia Emocional tiene para los niños de primaria. Los niños la han
acogido estupendamente y a mí me parece genial que esté viniendo a ayudarnos y
a observar las cosas que hacemos.
Hace
un par de clases llegamos a la biblioteca y solo había 5 niños, después nos
enteramos que los demás se habían ido de excursión para todo el día a Valencia.
Esto hizo que tuviéramos que replantear la clase de ese día, así que en vez de
seguir con el proyecto actual de escribir por equipos un cuento sobre
emociones, decidimos leer un cuento
sobre el miedo que yo traía preparado para otro día.
Iniciada
la lectura se me ocurrió sugerirle a los niños que ya que éramos pocos y
teníamos más tiempo podríamos preparar ese cuento para hacer una pequeña
representación en la sesión siguiente en la que el público fuesen los
compañeros que ese día no estaban. Y dicho y hecho, a todos los niños les gustó
la idea y nos pusimos a leer, debatir y
después repartir los papeles del cuento.
El
cuento Pedro Pablo Sacristán es corto, bonito y da a los niños una herramienta
muy útil para afrontar su miedo a la oscuridad. A continuación añado el cuento
que estuvimos trabajando:
"Marina era
una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los
más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada
día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no
dejaba de sentir un miedo atroz.
Un día
recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer increíble, famosísima por su valentía y por haber
hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que
incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer el miedo,
le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez había se había asustado.
- Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento.
La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?
- ¡Es
verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese secreto?
- ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántete con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y mañana me cuentas cómo es el miedo.
Marina
aceptó, algo preocupada. Sabía
que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le
asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy
mayor, así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella
misma apagó la luz. Al poco rato,
sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo
caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de
las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...
A la
mañana siguiente, Marina llegó
corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando.
"¡el miedo es blandito y suave!... ¡es mi osito de peluche!"
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Por
exigencias de los personajes tuvimos que hacer unas pequeñas modificaciones.
Así que repartimos los papeles y Álex fue el narrador (que tenía mas texto y
por ser el mayor también tiene una lectura más fluida), Leire fue Marina,
Carlos pasó a ser el tío Valeriano y Pau quiso actuar de osito de peluche.
Alberto que es el más pequeñín no quería participar como actor, por lo que el
reparto se cerró.
En
la siguiente sesión en la que ya estuvieron todos los niños, les explicamos que
íbamos a representar un pequeño teatrillo y que ellos serían el público. Dado
que ellos no conocían el cuento primero el grupo de “actores” fue el encargado
de explicarles de forma resumida en qué consistía la obra.
En
realidad más que representación se realizó una lectura en la que cada niño y
niña fue el encargado de leer su parte. Finalmente entre todos debatimos sobre
el contenido del cuento y sobre el ingenioso “truco” de los niños ciegos para no tener miedo a
la oscuridad.
Los
niños que actuaron estuvieron contentos de hacerlo y ver que el resto de
compañeros les prestaban atención, y los que no pudieron representar el cuento
pidieron hacerlo en otra ocasión.
Bonita
actividad y buen “truco” para que los papás lo enseñen a los niños con miedo a
la oscuridad.
¡Hasta
la próxima!
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