viernes, 29 de julio de 2016

¿ERES UNA PERSONA TIPO T?

¿ERES UNA PERSONA TIPO T?

Creatividad.


Montse García

-->Aunque todos tenemos la capacidad de ser creativos,  se dice que la gente más creativa tienden a ser personas tipo T. Las personas tipo T son aquellas que tienen competencias profundas en un área de conocimiento en donde dominan todo lo que tiene que ver con ese área específica. Además tienen una gran variedad de intereses en otras áreas muy distintas lo que les ayuda a contribuir con ideas y conceptos de todas ellas siendo capaces de generar entonces ideas y productos muy valiosos en su área de especialidad.

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Características de las personas tipo T

· Gran Flexibilidad. Personas poco rígidas, no se comprometen de forma  definitiva con nada, pueden cambiar de opinión y también saben usar dinámicamente una idea.

·  Relaciones lejanas. Relacionan dominios diferentes de conocimiento para después crear algo novedoso.

·  Satisfacción por aprender. Les gusta aprender todo el tiempo sobre cualquier cosa.

·  Muy tolerantes a la ambigüedad y la incertidumbre. Se sienten cómodos ante problemas difusos que no entienden al principio pero sienten que pueden ir dominándolos a medida que se dedican a ellos.

· Son muy persistentes. Se concentran y trabajan, trabajan, trabajan, dedicando mucho tiempo a dominar el campo que les interesa.

También forma parte de la idiosincrasia de las personas creativas  su necesidad de autonomía ya que les gusta tener el control de sus decisiones.  Es probable que su proceso de creación se pueda ver obstaculizado si otra persona es quien decide qué, cuándo y dónde debe pensar sobre sus ideas.

Teniendo en cuenta lo anterior ¿eres una persona tipo T?



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domingo, 24 de julio de 2016

GUÍA: COMPRENDER LA PSICOSIS Y LA ESQUIZOFRENIA

GUÍA: COMPRENDER LA PSICOSIS Y LA ESQUIZOFRENIA

Editado por: Anne Coke
Un informe de la Division of Clinical psychology (The British Psychological Society)





Prólogo

Este informe suministra una visión general del estado actual del conocimiento sobre las razones por las qué algunas personas oyen voces, experimentan paranoia, o tienen otras experiencias que son consideradas «psicóticas». También trata sobre lo que puede resultar de ayuda. En lenguaje clínico, el informe se ocupa de las «causas y el tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis». Hay disponible otro informe paralelo titulado Understanding Bipolar Disorder – Why People Experience Extreme Mood States, and What Can Help (Entender el Trastorno Bipolar – ¿Por qué las personas experimentan estados de ánimo extremos y qué es lo que puede ayudar?).(1) En los últimos años se ha avanzado mucho en la comprensión psicológica de lo que antes se pensaba que era en buena medida un problema biológico, una enfermedad. Se ha escrito mucho sobre los aspectos biológicos: estos informes tratan de recuperar un equilibrio al centrarse en los aspectos psicológicos y sociales, tanto sobre cómo se entienden estas experiencias, como también sobre lo que puede ayudar cuando se convierten en angustiosas.

Esperamos que este informe contribuya a un cambio fundamental, que ya está en marcha, en referencia a lo que como sociedad pensamos de la «psicosis» y la «esquizofrenia» y la ayuda que se oferta. Por ejemplo, esperamos que en los futuros servicios no se insista en que los usuarios de los servicios acepten un punto de vista determinado sobre su problema, a saber, la visión tradicional de que tienen una enfermedad que se debe tratar principalmente con medicación. El informe pretende ser un recurso para las personas que trabajan en los servicios de salud mental, para quienes los usan, para sus amigos y familiares, como una ayuda que asegure que sus argumentos están bien sustentados de la forma más útil posible. También incluye información importante tanto para los responsables de poner en marcha los servicios, como para quienes los diseñan, y para la formación de los profesionales, así como para periodistas y responsables políticos. Esperamos que ayude a cambiar la forma en que pensamos como sociedad sobre la psicosis, y también sobre los otros tipos de sufrimiento que a veces se denominan enfermedad mental.

A continuación encontraréis un enlace desde el que podéis bajar la guía en versión pdf.








Montse García
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martes, 19 de julio de 2016

¿ QUÉ ES EL EMDR?

¿QUÉ ES EL EMDR?

Viaje a la relajación con EMDR


Montse García

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La terapia EMDR son las siglas en inglés de la Desensibilización y Reprocesamiento por medio de Movimientos Oculares cuya creadora es la Doctora Francine Shapiro. Según la misma autora comenta en su libro “EMDR, Eye Movement Desensitization and Reprocess”, una de las premisas de este método es que la mayor parte de las patologías psicológicas nacen de experiencias tempranas y por ello la meta del tratamiento es metabolizar rápidamente el residuo disfuncional del pasado y transformarlo en algo útil.



Siguiendo lo que dice Shapiro, en la actualidad el EMDR es una metodología compleja que incluye muchos componentes a parte de los movimientos oculares y por ello asevera en su libro que si tuviera que bautizarla nuevamente la llamaría Terapia de Reprocesamiento.



En esta obra se afirma que el uso del EMDR es compatible con la mayor parte de teorías psicológicas como la psicodinámica, la cognitivo-conductual, la experiencial  y la conductual.



El EMDR surgió sobre todo para tratar problemas de Trastornos psicológicos causados por la vivencia de experiencias  y es para el tratamiento de estos desórdenes para lo que existe un importante apoyo empírico en referencia a su efectividad.  No obstante, en la actualidad su uso se extiende a diversos problemas clínicos como estados depresivos, ansiedad, fobias, desórdenes de pánico, TOC, también se aplica en casos de dependencia química y la toxicomanía e incluso para enfermedades y problemas somáticos.



Al objeto de poder poner en práctica estos protocolos en psicoterapia, la Dra. Shapiro insiste reiteradamente en la necesidad de una buena capacitación supervisada de los profesionales que vayan a emplearlo.





Como conclusión de este post, inserto este vídeo del psicólogo Manuel Casquero en el que nos deja una relajación EMDR dirigida que recomiendo probéis.





Bibliografía consultada

"EMDR - Eye movement desensitization and Reprocess" - Francine Shapiro






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domingo, 17 de julio de 2016

CUENTO. EMPUJA LA VAQUITA

EMPUJA LA VAQUITA.


Salir de la nuestra zona de confort. Sobre el miedo que nos impide avanzar-


Anónimo.
 
Un maestro muy sabio paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó a su aprendiz sobre la importancia de visitar a la gente para conocer personas y aprovechar las oportunidades de aprendizaje que nos ofrecen de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio. Los habitantes del lugar eran una pareja y tres hijos, vivían en una casa de madera, y estaban vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces el maestro se aproximó al señor, que parecía el padre de familia y le preguntó: 

- En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿como hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?

El señor calmadamente respondió: 

- Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto lo vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue junto a su alumno.

A mitad del camino, se giró hacia su fiel discípulo y le ordenó: 

- Busca la vaquita, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala por el barranco.

El joven espantado miró al maestro y cuestionó su mandato y le dijo que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. No obstante, como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedo grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años. 



Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía que todo estaba muy bonito, con árboles floridos, con un vehículo en el garaje de una gran casa y algunos niños jugando en el exuberante jardín.

El joven se sintió triste y desesperado imaginando que en el pasado la humilde familia que conoció hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir. Así que aceleró el paso, llegó allá y un señor muy simpático le salió al paso para recibirlo. 

El joven preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años y el señor respondió que seguían viviendo allí. Asombrado el joven entró corriendo a la casa y constató que era la misma familia que visitó hace algunos años con su maestro.


El joven elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): 

- ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?

El señor entusiasmado le respondió: 

- Nosotros teníamos una vaquita que cayó por un precipicio y murió, entonces nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que tus ojos ven ahora.

"Todos tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia, la cual es una convivencia con la rutina, NOS HACE DEPENDIENTES, Y A VECES NUESTRO MUNDO ACABA REDUCIÉNDOSE A LO QUE LA VAQUITA NOS PRODUCE impidiéndonos ver qué podríamos encontrar más allá".

Montse García


 
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jueves, 14 de julio de 2016

UN CASO DE MISOFONÍA

UN CASO DE MISOFONÍA


Montse García


Hasta hace un par de meses no había escuchado esta palabra, Misofonía, sin embargo este es un trastorno neurológico que existe y que puede resultar bastante incapacitante para la persona que lo sufre. Se conoce también como síndrome de sensibilidad selectiva al sonido o 4S.

Conocí la misofonía de primera mano por un caso que me llegó a la consulta. Un varón de unos 10 años cuyos padres estaban desesperados por el curioso e inaceptable comportamiento que mantenía su hijo dentro del hogar, con sus padres y hermano pequeño, aunque más intensamente con su padre. El chico se enfadaba terriblemente con su familia sobre todo en los momentos de las comidas o cuando pasaban ratos muy juntos sentados en el sofá. Había veces que, llamémosle Pepe, gritaba a los miembros de su familia que callaran, les soltaba todo tipo de improperios, insultos e incluso llegaba a tirar objetos por el suelo por el simple hecho de escuchar la respiración de alguno de ellos (fundamentalmente  si procedía del padre). También  cualquier  sonido al masticar, tragar e incluso el tintineo de los cubiertos en el plato originaban una fuerte y agresiva reacción en Pepe. Otros sonidos que no toleraba bien era el oír sorber por la nariz o de que alguien se sonase cuando estaba resfriado.

Lo que más les extrañaba de esto es que Pepe era un niño que fuera de casa no presentaba problemas de conducta ni de relación con sus iguales ni en el colegio con los profesores. Los papás de Pepe creían que, o bien no le molestaban los sonidos que hacían personas que no eran de la familia, o es que tal vez el niño tenía algún “rencor” oculto que lo llevaba a proceder de ese modo tan agresivo con sus padres y hermano.

La tensión en casa iba creciendo progresivamente, intentaron diferentes estrategias que les posibilitaran una mejor convivencia, pero si bien algunos días éstas parecían funcionar y todo transcurría con más o menos tranquilidad, había otros en los que ni siquiera evitar estos momentos “críticos” o las amenazas de castigos eran suficientes para que Pepe contuviese sus arranques de rabia, porque así los describían sus padres, como rabia. Llegaba Pepe hasta el punto de gritar a su familia que los iba a matar y que ojalá se murieran.

Ya os podéis imaginar la congoja de esos padres, una familia normal, estructurada y bien avenida que no sabían qué hacer ante la violencia y agresividad de los arranques de su hijo, que por otro lado, iban en aumento con el paso de las semanas.

En primer lugar los padres acudieron a su pediatra para comentarle la conducta agresiva y desadaptada que mantenía, y ésta recomendó a los padres que acudieran a la consulta psicológica para tratar de reconducir el comportamiento disruptivo y alterado de Pepe.

Así se evaluó la situación y se pusieron en marcha algunas estrategias de modificación de conducta que deberían de haber servido para mejorar inicialmente la situación. No obstante, todos estos esfuerzos no dieron los resultados esperados y por ello urgía un replanteamiento del caso.

Tras analizar nuevamente los datos disponibles e investigar diferentes posibilidades, me di cuenta de que el comportamiento de Pepe tenía visos de ser impulsivo e involuntario, y que el niño verdaderamente lo pasaba mal por conducirse de forma tan agresiva, hasta el punto de tener un autoconcepto bastante negativo y una autoestima deteriorada. Pensé que esto era algo más que un tema psicológico puro y duro, y seguí indagando hasta que di con este trastorno, la misofonía.

¿En qué consiste la misofonía?

Como dije al inicio, es un trastorno neurológico del que no se saben aún demasiadas cosas, ni siquiera se conocen con exactitud las estructuras cerebrales que están implicadas en esta alteración. Se dice también que podría ser una condición neurológica muchas veces asociada a experiencias negativas.

Esta afección se agrupa junto a otras como la hiperacusia y la fonofobia que implican baja tolerancia a los sonidos. Sin embargo, a diferencia de la hiperacusia, en la cual las personas parecen tener un sistema auditivo mucho más sensible que el de la mayoría de la gente y por ello no toleran los ruidos fuertes o los agudos, en el caso de la misofonía, la hipersensibilidad a los sonidos es específica y los que la sufren no pueden soportar unos sonidos muy concretos. Los más habituales son:

· Sonidos al comer o masticar, sonidos de la boca. Masticar algo crujiente, sorber la sopa, mascar y comer a la vez, cubiertos chocando entre sí, sonido de los besos, carraspeos o bostezos…
·  Sonidos de la nariz. Estornudos, hipo, sonarse la nariz cuando está congestionada…
·  Voces con zumbidos o sibilancias al hablar. Voces muy graves, susurrantes…
·  Sonidos ambientales. Teclado ordenador, clic del ratón, pasar páginas periódico, bolsas de la compra, tic tac reloj, etc.
· Otros: radio o tv con mucho volumen, una pelota rebotando sin parar, ruido de los electrodomésticos, etc..
·  Estímulos visuales. Algunas personas con misofonía pueden alterarse incluso cuando observan a alguien masticar chicle o realizando algún otro movimiento repetitivo.

Parece ser que al principio un sonido concreto sea el que desencadene la reacción y más adelante la lista de ruidos detonantes del malestar vaya ampliándose. Asimismo parece que la misofonía puede iniciarse a cualquier edad, aunque suele aparecer al final de la infancia, en el caso que arriba se describe se trata de un niño al que empezaron a notarle estos síntomas hacia los 9 ó 10 años.

¿Qué les pasa a las personas con misofonía cuando oyen los sonidos que le desagradan?

Su reacción al escuchar estos sonidos puede ser muy intensa e incluso agresiva, es frecuente además que los ruidos que disparan sus reacciones provengan de su entorno más cercano, familia y/o otras personas cercanas, lo cual hace que su vida familiar y social pueda verse muy alterada, dado que además estos sonidos se generan en los momentos más cotidianos de la persona.

Algunas reacciones que se observan y que pueden hacernos sospechar que una persona tiene misofonía son:

· Conductas agresivas hacia la persona que produce el ruido, pueden gritar, insultar y amenazar con verdadera rabia.
· La persona refiere que siente gran irritabilidad y desagrado al escuchar esos sonidos.
· También parecen tener una necesidad urgente de alejarse de la fuente de ese ruido.
·  El afectado puede llegar a tener ataques de pánico, taquicardias, sudor frío y otros síntomas de ansiedad.
·  Muchas veces pueden sentirse mal tras un arranque impulsivo detonado por cualquier sonido irritante para él/ella, esto les lleva a querer controlar sus reacciones, sin embargo, es probable que fracasen en el intento, ya que su intolerancia llega a ser tan fuerte que su reacción de ira es visceral y llega automáticamente.

Otra característica de la misofonía es que existen diferentes grados y que para medirlos existe una escala de activación de la misofonía (Mosophonia Activation Scale o MAS-1) en la que se diferencian 11 niveles:

Nivel
Síntomas
0
La persona afectada oye un sonido que reconoce, pero no siente ninguna molestia.
1
La persona afectada es consciente de la presencia de una persona conocida, pero no siente ninguna ansiedad.
2
Un sonido conocido provoca malestar psíquico: irritación y/o molestia. No hay síntomas de pánico o respuesta de lucha o huida.
3
La persona siente crecientes niveles de malestar psíquico pero no se involucra en cualquier respuesta física. El afectado puede estar vigilante a estímulos audiovisuales.
4
La persona con misofonía se involucra en una mínima respuesta física sin confrontaciones o conductas de afrontamiento, tales como pedir a la persona que le molesta que deje de hacer ruido, discretamente cubriéndose un oído, o pasar tranquilamente lejos del ruido. No hay pánico o síntomas de pánico.
5
La persona adopta mecanismos de supervivencia más drásticos, como cubrirse las orejas, imitando a la persona que le causa la molestia o muestra una irritación manifiesta.
6
La persona con misofonía experimenta un malestar psíquico considerable. Los síntomas de pánico y una respuesta de lucha o huida comienzan a aparecer.
7
La persona manifiesta un malestar psíquico considerable. El uso creciente (más fuerte, más frecuente) de los mecanismos de supervivencia de confrontación. Puede haber excitación sexual no deseada. La persona puede volver a imaginar el sonido que le molesta o las señales visuales, otra vez, a veces durante semanas, meses o incluso años después del evento.
8
Persona con misofonía experimenta malestar psíquico considerable. Algunas ideas de violencia.
9
Pánico/reacción rabia en pleno apogeo. Decisión de no recurrir a la violencia en la persona que causa la molestia. Imaginación del uso de la violencia física sobre un objeto inanimado. Irritación de pánico, la ira de modo grave puede manifestarse en la conducta del afectado.
10
Nivel máximo de misofonía. El uso real de la violencia física contra una persona o un animal (como un animal doméstico). La violencia puede ser infligida contra sí mismo.


¿Existe tratamiento para la misofonía?

Pues parece que no hay un tratamiento para “curarla”. En la actualidad se están empleando terapias cognitivo conductuales para minimizar el impacto que este trastorno causa en el afectado y su familia y ayudar en la comprensión y el manejo del problema.

También pueden realizarse terapias con ruido blanco (tratamiento para acúfenos) que ayudará a aumentar el umbral de sensibilidad a los sonidos, así también el uso de tapones puede ser útil en determinadas ocasiones. Otro  “truco” que emplean algunas personas es escuchar música con auriculares en los momentos más críticos, para que de ese modo la persona pueda reunirse con la familia en esas ocasiones y no se produzca un aislamiento progresivo debido a la evitación de situaciones cotidianas.

Otra sugerencia es realizar meditaciones con cuencos tibetanos, al parecer la vibración producida por los cuencos ha mejorado el cuadro de algunas personas que sufren hiperacusia y sería interesante probar si ocurre lo mismo en misofónicos.

A modo de conclusión

Se trata pues de una alteración que podría ser más frecuente de lo que pensamos, sin embargo no es fácil detectarla dado que muchos profesionales desconocen su existencia.

Asimismo tampoco están muy claras que estructuras cerebrales hay implicadas en su origen y en la actualidad no existen tratamientos que puedan hacer desaparecer el trastorno.

Por otro lado, dependiendo de la gravedad de la misofonía, no podemos obviar las serias consecuencias que puede tener en las personas que sufren este trastorno, las cuales se sienten incomprendidas por la gente que suele calificarlos como personas exageradamente sensibles o “delicadas” o irritables. Esto puede afectar gravemente a sus relaciones personales y familiares, la persona puede retraerse cada vez más como una forma de evitar estas fuentes de estrés y además como un modo de no sentirse juzgados por la gente de su entorno.

Es importante pues, que esta afección sea detectada cuanto antes y las personas con misofonía acudan a reconocimientos periódicos con su médico y realice las diferentes terapias que les recomienden a modo de atenuar los efectos de este síndrome.


Fuentes consultadas. Para saber más:








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