PARA TÍ, QUE HAS PERDIDO UN HIJO
Guía de ayuda editada por AECC
Autores: Belén Fernández, Francisco Montesinos, Carmen Yélamos, Carolina Pascual y Gabriela Medin.
Prólogo
Un hijo es la vida. Mi hijo es mi vida. Mi hijo era mi vida.
Tras un tiempo de lucha y esperanzas, tu hijo nos ha dejado. Con su muerte, todo tu mundo se ha resquebrajado, tus sueños se han roto, y te preguntas cómo es posible que pueda permitirse tanto dolor, cómo es posible que pueda morir un niño.
Cuando pierdes un hijo, pierdes la vida, pierdes tu vida.
Ante esto no hay consuelo. Nada de lo que te dicen, nada de lo que oyes te ayuda. Sólo quieres estar junto a él, sentirle junto a ti. Su ausencia se convierte en la única presencia que deseas.
Han quedado tantas cosas sin acabar. Su vida acababa de empezar. Con él se han ido los juegos compartidos, las confidencias al borde de la cama, las peleas a la hora de comer, los sueños y pesadillas, y también las ilusiones y las esperanzas para el futuro.
Hay tantas cosas que deseabas compartir todavía con él. No importa cuanto tiempo haya pasado desde que no está, no importa que haya mucha gente que te quiere, que sea hijo único o que tengas más hijos. La muerte de un niño representa la pérdida del presente, del futuro... y de experiencias de las que no habéis podido disfrutar.
Pero en este proceso, tal vez él o ella te ha enseñado a luchar por la vida, por tu derecho a vivirla y a sentirla. Te ha demostrado el amor, la importancia de luchar por lo que queremos y lo importante y lo necesario que eres y que continúes aquí.
Podrás encerrarte en tu dolor o seguir adelante viviendo con él. La muerte te ofrece siempre dos alternativas. Te puede conducir al borde del abismo, permaneciendo retenido en los recuerdos o puedes construir un puente que se extienda sobre ese abismo y te permita seguir adelante.
Ese abismo, seguir adelante...va a implicar dolor. Pero la única manera de enfrentarse al sufrimiento es sufriendo. La única manera de superar el dolor es pasando por él, mirándole y entendiéndole. Tu vida ya nunca volverá a ser la misma, pero la vida continúa. Tu vida continúa.
El tiempo irá pasando y en ese paso, es donde estará el verdadero proceso de duelo. En este caminar, podrás encontrar y sentir la presencia de seres queridos que te ayudarán y te necesitarán. Será un largo proceso de avances y retrocesos, en los que a veces darás pasos de ciego para avanzar en un camino desconocido.
Esperamos que este libro te pueda ayudar a encontrar el equilibrio entre el pasado que siempre será recordado y el futuro que tienes que crear.
Tu hijo estará siempre contigo.
A continuación dejo el enlace desde el que podéis descargar esta guía la cual contiene unos ejercicios interesantes que pueden ayudar a las personas que se encuentran en esta dura situación personal.
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